[1][3] Aunque nacida en Leningrado Rusia, sus padres eran polacos y desde niña vivió siempre en Polonia.
El cuarteto lo formaban por este orden Teresa Ciepla, Irena Kirszenstein, Halina Gorecka y Ewa Klobukowska.
[4] Además ese mismo año recuperó el récord mundial de los 200 metros (22,21 en Potsdam) que había perdido a manos de la campeona olímpica en Múnich Renate Stecher, y batió también el récord mundial en una prueba nueva para ella, los 400 m, con 49,9 en Varsovia, convirtiéndose así en la primera mujer en romper la barrera de los 50 segundos.
A partir de ese momento decidió centrar sus esfuerzos en los 400 m, una prueba que se adaptaba perfectamente a sus condiciones, ya que requería velocidad y resistencia.
Tras los Juegos de Montreal continuó compitiendo aunque ya sin logros notables.
Como ocurrió con otras grandes atletas, como Marjorie Jackson o Wilma Rudolph, no abandonó la vida pública tras su retirada, sino que siguió trabajando en el mundo del atletismo, como entrenadora y directiva.