Into the Okavango es una película de Estados Unidos filmada en colores dirigida por Neil Gelinas sobre su propio guion escrito en colaboración con Brian Newell que se estrenó en 2019 y fue filmada en Angola, Botsuana y Namibia.
[1] [2] [3] [4] [5] [6] [7] El delta del Okavango es un caso poco usual pues está formado por el río de ese nombre que no desemboca en el mar sino que nace en Angola, atraviesa la franja de Caprivi (Namibia) y desagua en el norte de Botsuana en una llanura prácticamente endorreica con un clima mucho más seco que en sus cabeceras, o sea que es un enorme abanico aluvial o cono de deyección.
[8] El ornitólogo y ecologista Dr. Steve Boyes advirtió una creciente concentración de aves en el centro del delta en tanto la masa de las vías fluviales está comenzando a reducirse y las áreas secas se están cerrando, y para averiguar la causa organizó una expedición que incluyó a la bióloga angoleña Adjany Costa y al guía botsuanés ‘Water’, para rastrear el curso del agua desde su fuente en la zona montañosa rural de Angola.
Superados estos obstáculos el filme ingresa en un ritmo veloz, alternando los encuentros con lugareños –por ejemplo, con una tribu que para cazar provocaba incendios muy dañinos para el ecosistema- con las reflexiones que se iban sucediendo de los protagonistas; en cualquier caso, no trataron de convencerlos de variar sus costumbres.
Ante las dificultades, Water nunca abandonó una actitud positiva y fue exhibiendo múltiples recursos para superarlas.