[2][3] Después de otro altercado con la policía, regresa a su casa para compartir las buenas nuevas con su madre, quien piensa que su hija es tan solo una enfermera.
Tanya no oculta el hecho de que no se casa por amor, sino porque quiere tener un apartamento, un coche, dinero y sueña con “ver el mundo con sus propios ojos”.
Sin embargo, la burocracia soviética se interpone: hay algunos requisitos para obtener una visa para Suecia.
Ed realmente ama a su mujer, pero siempre le comenta sobre sus hábitos.
Sorprendida y moralmente rota por ello, la madre de Tanya se suicida inmolándose con gas en su apartamento.
En ese momento en Suecia, Tanya mira hacia atrás y su intuición le dice que algo malo ha ocurrido.