Un Inmueble de Conservación Histórica (ICH) es una característica aplicada por las Municipalidades de Chile, a través de sus planos reguladores, a aquellos lugares o edificaciones que sean consideradas como patrimoniales, históricas, relevantes e importantes para la cultura de la localidad,[1] sin necesidad de que estas hayan sido declaradas como Monumentos nacionales de Chile,[2] con el fin de proteger a la construcción de posibles futuras demoliciones o modificaciones arquitectónicas.
[2] La Ley General de Urbanismo y Construcciones estipula:[3] Igualmente, el Plan Regulador señalará los inmuebles o zonas de conservación histórica, en cuyo caso los edificios existentes no podrán ser demolidos o refaccionados sin previa autorización de la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo correspondiente.