Indemnización de perjuicios

Dicho de otra manera, la compensación por daños y perjuicios indemniza directamente a la víctima por importantes pérdidas sufridas.[1]​ No obstante su difusión, el término correcto para hacer referencia a este remedio jurídico es resarcimiento, toda vez que con el término indemnización también se suelen mencionar aquellos desembolsos que realiza una empresa de seguro en cumplimiento del contrato suscrito con el asegurado o el pago que efectúa el Estado cuando, en ejercicio de su ius imperium, expropia la titularidad de un individuo con miras a satisfacer una necesidad pública.[4]​[5]​ El resarcimiento puede, en función a su fuente, clasificarse en: Los daños compensatorios se pagan para compensar al demandante por la pérdida, la lesión o el daño sufrido por el demandante como resultado del incumplimiento del deber de otro que causó la pérdida.Los daños por expectativas se utilizan en el derecho contractual para poner a una parte perjudicada en la posición que habría ocupado de no ser por el incumplimiento.Una vez que se alcanza ese umbral, el demandante tiene derecho a una cierta cantidad de recuperación por esa pérdida o lesión.El tribunal debe entonces evaluar el importe de la indemnización atribuible a los actos perjudiciales del demandado.[10]​ Por ejemplo, los gastos extraordinarios, la reparación o sustitución de los bienes dañados, el lucro cesante (tanto histórico como futuro), la pérdida de objetos insustituibles, los gastos domésticos adicionales, etc.[11]​ Se ven tanto en acciones personales como comerciales.Los daños especiales pueden incluir las pérdidas directas (como las cantidades que el demandante tuvo que gastar para tratar de mitigar los daños)[12]​ y las pérdidas consecuentes o económicas resultantes del lucro cesante en un negocio.Las pérdidas incidentales incluyen los costes necesarios para remediar los problemas y arreglar las cosas.El demandante tendría derecho a los costes directos necesarios para reconstruir la fábrica y sustituir la maquinaria dañada.[16]​[17]​[18]​ Un juez llega al número compensatorio considerando tanto el tipo de contrato, como la pérdida sufrida.Según el derecho común, una cláusula de indemnización por daños y perjuicios no se aplicará si el propósito del término es únicamente castigar un incumplimiento (en este caso se denomina indemnización penal).En las reclamaciones por daños no personales, por ejemplo, una reclamación por negligencia profesional contra los abogados, la medida de los daños se evaluará por la pérdida sufrida por el cliente debido a la acción u omisión negligente del abogado que dio lugar a la pérdida.Estos daños se denominan a veces "dolor, sufrimiento y pérdida de amenidad".En el Reino Unido, los jueces se basan en las indemnizaciones concedidas en casos anteriores similares.En Inglaterra y Gales, los daños ejemplares se limitan a las circunstancias expuestas por Lord Devlin en el destacado caso Rookes v. Barnard.[29]​[30]​ Esta norma se aplica en la mayoría de los países, excepto en Estados Unidos.