Por eso ella no encuentra sentido a seguir viviendo juntos.
Esto es un shock para Uwe y acude a su hermano Gustav, casado con Ulrike.
Uwe, que al principio no se pudo entusiasmar por el viaje porque sólo se fue a Japón a causa de la separación de su esposa y sus problemas con el alcohol, se convence pronto de que quizás las lecciones puedan servirle.
Los hermanos discuten otra vez pero se reconcilian más tarde.
Después de 10 días en los que los hermanos, aparte de rezar y purificarse, tuvieron también que limpiar el monasterio, se conocen un poco mejor a sí mismos.