Ilsa, la hiena del harén

Esta película no debería existir porque si se sigue el guion de la anterior la protagonista muere al final de la historia; pero según los comentarios del DVD,[1]​ el productor consideró que los espectadores se acordarían del título anterior, por lo que ese detalle carecería de importancia.

[2]​ En esta ocasión la película transcurre en un pequeño emirato petrolífero gobernado con poder absoluto por el Sharif, quien disfruta secuestrando modelos, actrices e hijas de millonarios para convertirlas en esclavas sexuales suyas, tarea de la que se ocupa Ilsa quien además inventa nuevos artilugios para aumentar el poder de su empleador como colocar a las mujeres artefactos en su cuerpo que explotan cuando llegan al orgasmo.

La cinta no deja en buen lugar a los árabes ni a los musulmanes: los jeques continúan en un régimen casi tribal, los mercados de esclavas aún existen, los palacios son servidos por eunucos y los gobernantes se comportan como ingenuos tiranos, desconocedores de la rebelión latente que los amenaza.

Nuevamente Ilsa se deja llevar por la atracción sexual hacia un norteamericano que, como en el caso anterior, termina jugando más hábilmente que ella; pero, a diferencias de las otras versiones, en la Hiena del harén Ilsa no tiene el poder absoluto y es castigada.

Por esta falta de sexo explícito no suele ser considerado como película pornográfica.