Ilde Pirovano

En 1921 se produjo en Buenos Aires un conflicto entre dos sectores de actores, una de cuyas consecuencias fue obligar a los disidentes a improvisar compañías y emprender giras por el interior del país.

El elenco donde revistaba Ilde Pirovano se encontraba varado en Venado Tuerto cuando llegó otro en el que figuraba Orestes Caviglia por lo que decidieron fusionarse y continuar la gira a Rosario, donde representaron El viejo Hucha, de Darthés y Damel.

[1]​ Entre su filmografía se destaca No abras nunca esa puerta (1952) dirigida por Carlos Hugo Christensen, en la cual una de las escenas más logradas por el director es una secuencia que se extiende durante unos cinco minutos, en total silencio y envuelta en las sombras.

La mujer encuentra el arma, la guarda en su delantal y sale cerrando la puerta con llave.

De inmediato ingresa al cuarto contiguo donde duerme otro delincuente, su hijo, y repite su accionar, pero justo cuando está por tomar la pistola suena el pitido del tren, helando su sangre y la del espectador.