El cuerpo del templo se compone de tres naves, la central más ancha que las laterales.
Tiene cabecera recta y coro de madera a los pies.
La cubierta es de madera, cuyo artesanado materializa modelos del escultor bilbaíno Vicente Larrea.
La cubrición se sustenta sobre sus pilares octogonales fasciculados con sus lados cóncavos, sobre base cilíndrica escalonada.
La piedra, trabajada en sillería en buena parte de la fábrica, junto a las formas puras y desornamentadas del edificio le proporcionan un aspecto propio de arquitectura fortificada.