Su origen se remonta al siglo VI, cuando había allí un pequeño asentamiento romano sin mayor relevancia.
Repoblada en el siglo XII[1] con el nombre de Villares, hay constancia que el rey Alfonso VIII de Castilla donó Terradillos a la Orden del Temple en 1191.
El otro se conocía como Convento de los Templarios y su actividad cesó progresivamente desde el siglo XVII.
Alberga un Cristo gótico del siglo XIV y dos retablos.
[4] Fue reconstruida en el siglo XIX, si bien pueden observarse algunos de sus sillares originales en la torre.