La historiografía rumana acuñó la expresión «geto-dacios» para sugerir la existencia de un único grupo.
Aunque se pensó en los getas como un pueblo guerrero, eran también capaces de mostrar diplomacia.
Cuando el rey Lisímaco de Tracia intentó conquistar a los getas que vivían al norte del Danubio, fue derrotado: El rey geta Dromiquetes lo tomó prisionero y lo trató bien.
Fueron sometidos por Darío I durante la campaña que hizo contra Escitia.
Al final del siglo IV, Claudiano, el poeta cortesano del emperador Honorio y el patricio Estilicón, habitualmente usaban el etnónimo getas para referirse poéticamente a los visigodos.