Ibn al-Qitt

Abandonando Córdoba, al-Qitt se dirigió a Valle de los Pedroches, Sierra Morena y el Guadiana.

Con el apoyo de un oscuro personaje llamado Abu Ali al-Sarray, místico agitador, logró ganarse el apoyo de los caudillos bereberes, que controlaban el centro y el occidente andalusí, las marcas Media e Inferior.

Sin embargo, postergaron cualquier plan en aras del objetivo principal: desalojar a los cristianos de su peligrosa avanzadilla en Zamora y tomar un espléndido botín.

Alfonso III, advertido del avance de al-Qitt, concentró sus fuerzas en Zamora para rechazar la invasión.

Una vez ante Zamora, el omeya sentó sus reales junto al Duero y derrotó en los primeros combates a las fuerzas cristianas, que se replegaron hacia la ciudad.