El hisopo (Hyssopus officinalis) es una planta herbácea nativa de Europa meridional, el Medio Oriente y las costas del mar Caspio.
El tallo lignifica en la base, de donde brotan numerosas ramificaciones muy rectas, vellosas en el extremo distal.
Si bien toda la planta es intensamente aromática, se cosecha preferentemente en época de floración para aprovechar las sumidades floridas; en condiciones óptimas puede obtenerse una cosecha a fines de primavera y otra a inicios del otoño.
Una vez cortados los tallos, se colocan a desecar en suspensión o en capas delgadas sobre material que permita el drenaje en sitio fresco, seco y bien ventilado, dando vuelta al material varias veces.
Es preferible no exponer al sol directo para evitar la decoloración y la oxidación de los componentes.
Ya secas, al cabo de unos seis días, se deshojan o trocean con el tallo incluido.
El material seco se eleva a un tercio aproximadamente del peso de lo cosechado y para su almacenamiento se guarda en contenedores estancos, pudiendo guardarse hasta 18 meses.
La planta se utiliza como melífera en apicultura, produciendo una excelente miel rica en aroma.
Tienen un sabor ligeramente amargo por los taninos que contienen y un intenso aroma mentolado.
Se emplean también en licores y son parte de la fórmula del Chartreuse.
Como planta medicinal posee propiedades balsámicas, expectorantes y antitusivas gracias a su contenido en marrubina.
Contiene también tuyona y fenoles, de propiedades antisépticas, aunque la alta concentración de la primera y su contenido en la cetona pinocanfeno —estimulante del sistema nervioso central— puede provocar reacciones epileptizantes en dosis elevadas.
Hyssopus officinalis fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 569.