En muchos aspectos continuó y desarrolló la política heredada.
Fue elogiado como un legislador por su gobierno sabio y moderado.
El 3 de marzo de 1383, Hugo y su hija, futura pretendiente al trono, fueron asesinados en Oristán durante una revuelta popular.
Los rebeldes proclamaron la "república" constituyendo la ley (que Hugo y su padre había ya ampliamente contribuido a codificar, expandir y mejorar), que declaraba la soberanía de Arborea.
Gigi Sanna, Su Zuighe in cambales, Castello editore 1992 (en lengua sarda)