Su población tiene como principal actividad económica la agricultura, además de la crianza de diversos animales para su venta particular.
Huaviña tiene un rico legado cultural aymara de colorido y naturaleza, que se traduce en festividades religiosas variadas durante el año y un ambiente lleno de creencias que rescatan tradiciones ancestrales.
La iglesia del poblado data del siglo XVII restaurada tras el Terremoto que azotó el norte de Chile en el año 2005 y fue declarada Monumento Nacional en 1953.
Cuenta con una estructura decorada en estilo barroco, así como imágenes religiosas de cargada emotividad.
El patrono y protector es San Juan, cuya fiesta celebran los fieles el 23, 24, 25 y 26 de junio aparte de otras festividades religiosas durante el año.