Sin embargo, después de la toma del poder por los nazis en 1933, las organizaciones comunistas fueron prohibidas y Sindermann fue puesto bajo arresto por las nuevas autoridades.
Tras el final de Segunda Guerra Mundial, Sindermann volvió a Sajonia y retornó al KPD, aunque por poco tiempo.
Tras la fundación de la República Democrática Alemana (RDA), ocupó diversos cargos administrativos y políticos.
[6] Tras su liberación, concedió una entrevista a la revista Der Spiegel en la que confesó: “Fuimos ahuyentados por el pueblo, no por una 'contrarrevolución'.
Seríamos ridículos si quisiéramos declarar a Bärbel Bohley, el pastor Eppelmann y otros como 'contrarrevolucionarios'.