Anatómicamente, las hormigas Atta y Acromyrmex tienen mucho en común; sin embargo, ambas presentan diferencias externas.
Las hormigas Atta tienen tres pares de espinas y un exoesqueleto terso en la superficie superior del tórax, mientras que las Acromyrmex tiene cuatro pares y un exoesqueleto áspero.
[1] Junto a los seres humanos, las hormigas cortadoras de hojas forman las sociedades animales más complejas en el planeta Tierra.
Esta relación mutualista parece ser aún más compleja, por la participación aparentemente simbiótica, de bacterias que crecen sobre las hormigas y secretan productos químicos - fundamentalmente las hormigas usan antimicrobianos portátiles.
Los únicos otros dos grupos de insectos que han desarrollado la agricultura basada en hongos son los escarabajos ambrosía y las termitas.
El hongo parásito necrotrófico, Escovopsis, que ataca y destruye el cultivo fúngico, pone en peligro la fuente de alimentos de las hormigas, y es, por supuesto, un peligro constante para ellas.
Las especies Atta mexicana y Atta colombica, de manera inusual para la tribu Attini, tienen un cúmulo de basura a unos metros fuera del nido.
Una vez colocado en la pila, los trabajadores organizan el desperdicio y lo mueven constantemente para ayudar a la descomposición.
Esto parece indicar que Escovopsis es un peligro frecuente para las colonias de estas hormigas.