En los siglos XIV y XV constituyó el exterior del traje masculino o femenino en Europa.
Era justa de talle y se ceñía a la cintura por un cinturón.
Esta prenda de vestir también se adornaba a menudo con numerosas decoraciones.
Estas tenían por objeto mostrar la gloria y el prestigio de la persona que la llevaba.
El exterior se adornaba así con bordados, con perlas o con telas preciosas.