En 1970, la familia Schneider compra el terreno sobre el que se encontraba un pequeño parque, el Pfälzer Märchenparks.
Dicha superficie no llegaba a una hectárea, siendo de 7.000 metros cuadrados.
No recibió el nombre de Holiday Park hasta 1973.
También cuenta con atracciones acuáticas como Donner Fluss y Teufels Fässer.
La mascota del parque es un loro que se llama Holy.