Ese mismo año la serie Wash Tubbs, creada en 1924 por Roy Crane, empezó a derivar hacia el nuevo género, con la inclusión de un adulto Capitán Easy entre sus protagonistas.
En la senda de estas producciones estadounidenses, surgieron en España Cuto (1935), Pepe Carter y Coco (1942), El Capitán Misterio (1944), Silver Roy, el Comando solitario (1947) o Jeque Blanco (1951), triunfando también la serie italiana Dick Fulmine (1938).
Bien entrados los años sesenta, sus consecuencias se hacen visibles en toda la ficción popular, cuando la mala conciencia europea por el colonialismo sustituye al etnocentrismo que le había sido característico.
[13] También es visible, entonces, la humanización del héroe a través de personajes como Corto Maltés (1967), Los Mercenarios (1974), Frank Cappa (1981) o Jann Polynesia (1985).
Milo Manara reflexiona sobre el sentido mismo de la aventura en el mundo moderno en su serie HP y Giuseppe Bergman (1978).
En el nuevo siglo, los viajes a destinos éxoticos adquieren la textura del reportaje en las manos de autores como Guy Delisle o Joe Sacco.