A primera vista, un complemento sencillamente añade información que ha estado ausente de la historia general pero, tal y como señala Scott, se cuestiona por qué la información quedó fuera en primer lugar.
Las mujeres tienen identidades múltiples, influidas por cualquier número de los factores que incluyen raza y clase, y cualquier análisis de la historia qué confunda sus experiencias no aportará una idea precisa.
Gail Bederman identificó dos enfoques: uno que emerge de la historia de las mujeres y otro que la ignora: En todo el mundo, la religión se forma en torno a una figura divina y sobrenatural.
En muchas religiones, el cristianismo en particular, las mujeres o los símbolos de deidades femeninas son adorados por su fertilidad.
Las mujeres y los hombres deben entenderse como individuos que se encuentran en la confluencia de múltiples fuerzas sociales.
El género, la clase social y la raza son los datos que con más frecuencia se cruzan, pero a esto se le pueden sumar la orientación sexual, las prácticas religiosas, etc.[6] Durante muchos períodos de la historia, el monopolio de la escritura ha sido casi exclusivamente masculino.