La hipótesis del átomo primigenio (francés hypothèse de l'atome primitif) es un término propuesto por el científico belga Georges Lemaître en 1931 para referirse a su conjetura sobre el origen de universo.
Dicha conjetura llegó a convertirse en la moderna teoría del Big Bang con los aportes de otros científicos.
Georges Lemaître observó por primera vez, en 1927, que un universo en permanente expansión debería remontarse en el tiempo hasta un único punto de origen.
Ante la propuesta de Lemaître, su antiguo maestro, el astrónomo Arthur S. Eddington, encontró la idea poco satisfactoria y al mismo Einstein le pareció sospechosa ya que la consideraba ampliamente reminiscente del dogma cristiano de la Creación que tenía, a su juicio, poca justificación científica.
Según Lemaitre, durante la fase de expansión desacelerada de los primeros momentos de la historia del universo, este átomo primitivo se fragmentaría cada vez más, engendrando polvo que se condensará formando estrellas, galaxias, y cúmulos galácticos durante una segunda fase en la que el universo es casi estático.