Wolf fue educado según los ideales del movimiento humanista, abocándose a estudiar grandes cantidades de obras antiguas, griegas y latinas.
Hasta esa época, no existía una distinción entre las obras griegas antiguas y medievales.
Por otra parte, las obras medievales eran secundarias comparadas con el interés que generaban los autores clásicos.
El impacto de esta obra en el largo plazo fue importante porque servirá como cimiento para los futuros trabajos sobre la historia medieval griega.
Al principio del siglo XVII, Luis XIV realizó una reunión de todas las obras bizantinas, y acudió para esto a varios eruditos del mundo entero.