Luego comenzó su carrera profesional en Huracán gracias al esfuerzo de Tomas A. Ducó.
Sus mejores años fueron 1937 y 1939, con 28 tantos marcados en cada uno, pero fue toda su extensa trayectoria la que lo convirtió en uno de los símbolos máximos del club Huracán.
El mismo fue proyectado por el ingeniero Manuel Vila, y posee un bajorrelieve cuyo autor fue Ricardo Micó.
Años más tarde y estando gravemente enfermo, Masantonio recibió la visita de Fernández, con quien desde aquella riña había mantenido una amistad a la distancia.
Por ende, sus estadísticas oficiales serían de 354 partidos y 242 goles en competiciones reglamentadas por la Asociación del Fútbol Argentino.