Colaboró en Mundo Argentino, El Hogar y La Nación, entre otras publicaciones periódicas.
En 1917 fundó la revista Pigüé y en 1918 publicó su primer libro, orientado a promover la lectura entre sus alumnos, Palabritas.
Se desempeñó como maestra en diversas escuelas del Gran Buenos Aires y de la Capital Federal.
En sus libros Herminia Brumana bregó por los derechos de las mujeres, el amor libre, el derecho al divorcio y la justicia social, sobre todo en relación con las dificultades de los niños pobres para cursar la escuela, etc.
Diversas calles, plazas, bibliotecas y establecimientos educativos de la Argentina llevan su nombre.