Entre las aráceas, que no tienen crecimiento secundario, se encuentran ejemplos de hemiepifitas herbáceas.
Normalmente se las encuentra en bosques húmedos, y bastante seguido en estratos arbóreos muy altos.
[1] Ambas se aferran firmemente a la corteza de su árbol hospedador [lo parasitan mecánicamente] con sus raíces fototróficamente negativas.
[1] En los ejemplos de hemiepifitas leñosas, una vez las raíces llegan al suelo y enraízan, con el crecimiento secundario que normalmente tienen las plantas leñosas las raíces se vuelven fúlcreas (de sostén) y el engrosamiento alrededor del tronco de la planta hospedadora provoca que muchas veces ésta muera por competencia por la luz solar o quizás estrangulamiento al no tener cómo continuar su propio crecimiento secundario.
[2] Este hábito al madurar muchas veces les da un aspecto arborescente cuyo "tronco" es un sistema tallos-raíces estranguladoras.