Su vocación por los seres vivos y la naturaleza se debió a recorridos dominicales con sus padres durante su infancia.
Su trayectoria fue de 5 años para culminar su educación en bachillerato,[3] y tuvo como profesores a Vicente Lombardo Toledano, Sotero Prieto, Erasmo Castellano, Antonio Caso, Isaac Ochoterena, este último fue quien le transmitió el interés por las ciencias biológicas.
[3] Terminado su bachillerato estudió medicina, pues no existía la carrera de biología en la Universidad Nacional y tenía presión familiar por esa profesión.
[3] Ahí tuvo profesores como Antonio Caso, Carlos Hoffman, el mismo Isaac Ochoterena, Eduardo Caballero y Federico Mulleried.
También formó parte del cuerpo docente de la Escuela Nacional Preparatoria como ayudante y después como profesora.
En 1930, fue designada curadora del Herbario Nacional, e incursionó en botánica, con las florísticas regionales y taxonomías en cactáceas.
En ese periodo, compartió con la maestra Débora Ramírez Cantú la responsabilidad del Herbario Nacional.
[cita requerida] Helia Bravo obtuvo distinciones y reconocimientos nacionales e internacionales.