Helga Schneider

Allí conoció al Führer en persona, a quien más tarde describiría en sus escritos como un hombre viejo que arrastraba los pies, con la cara llena de arrugas y un apretón de manos blando y sudoroso.

En 1948, Helga y su familia se trasladan a Austria, viviendo inicialmente en Attersee, acogidos por sus abuelos paternos.

Finalmente, en 1963 Helga se traslada a Italia, donde vive en la actualidad, y donde ha desarrollado toda su carrera como escritora.

En el 2000 ganó, con el libro Il piccolo Adolf non aveva le ciglia, la XIV° edición del Premio Letterario Chianti.

[1]​ En 2003 con el libro Stelle di cannella obtuvo el Premio Elsa Morante de literatura infantil.