En resistencia de materiales la heladicidad de un material poroso se define como la capacidad del mismo para resistir ciclos sucesivos de congelamiento / descongelamiento al estar totalmente impregnado con agua.
Un material poroso como por ejemplo la cerámica, es capaz de absorber por capilaridad una gran cantidad de agua, que a baja temperatura se congela dentro de la red capilar del material.
Para evitar este efecto o cuando menos aumentar la heladicidad de un determinado material cerámico, se lo suele someter a un proceso de hidrofugado, tratándolo con substancias tales como las siliconas, que saturan la red capilar impidiendo o dificultando la absorción de grandes cantidades de agua.
Si un material cerámico no es capaz de tolerar la fatiga causada por ciclos de congelamiento / descongelamiento, no debe ser utilizado en zonas donde es frecuente un clima con temperaturas bajo cero.
Por ej: Se puede demostrar el fenómeno con un ladrillo cerámico previamente sumergido en agua que será sometido a 25 ciclos de hielo-deshielo.