Sin embargo la esposa de un sastre, picada por la curiosidad, esparció guisantes por el suelo para hacerles resbalar y poder verlos.
Estas características muestran que pertenecen al grupo de los duendes y los enanos.
En Colonia hay una fuente de los duendecillos que fue construida por los escultores Heinrich Rendard (1868–1926) y su padre Edmund Renard (1830–1905).
La mujer del sastre ilumina con la linterna a los duendecillos que se están cayendo las escaleras mirándola.
En la parte trasera de la fuente se ve una lechuza sentada sobre un libro que sujeta una lupa en sus garras.