Heinrich Zollinger se había comprometido a hacer llegar sus especímenes a las personas que financiaban su viaje.
Estudia los volcanes que encuentra en la zona, lo que le ocurría por primera vez a un europeo, recolectando a un tiempo numerosos nuevos especímenes.
También hace observaciones sobre la etnografía y la lingüística de los pueblos que se encuentra.
Vuelve a partir hacia Indonesia en 1855, con su esposa, dos hijos y un tutor, asentándose en Rogojampi.
Su médico le aconseja que descanse en las montañas Bromo.