Este nivel se sitúa muy por encima del ruido de fondo que puede provocar el propio equipo.
El nivel habitual de +4 dBu (1,228 V) es el que encontramos en muchos equipos profesionales —aunque éste puede variar según cada fabricante y suelen especificarlo en su manual.
Todo el rango o techo dinámico del que disponemos antes de llegar a distorsionar se conoce como headroom, y habitualmente se sitúa entre los 10 y 25 dBu.
En audio digital, la señal pasa de medirse en dBu a ser calculada en dBFs (decibels full scale).
El nivel recomendado para grabaciones profesionales digitales es entre −20 dBFs y −12 dBFs para poder disponer de un rango dinámico suficiente que nos asegure que todos los futuros procesos (EQ, compresión, etc), que tienen sus propios niveles nominales, no devuelvan un sonido saturado o cerca de estarlo.