Martín no tiene ninguna ocupación y se ofrece a trabajar en esa casa haciendo todo tipo de arreglos.
Él descubre que su tía se había mudado sin dejar una dirección de reenvío.
Eugenio se da cuenta de su creciente atracción por Martín, pero se muestra reacio a perseguirlo, ya que no parece estar aprovechando la situación financiera actual de Martín.
Martín ve los dibujos, pero Eugenio evita deliberadamente hablar de ello.
Martín se da cuenta de que Eugenio podría sentirse atraído por él.
Esa tarde, Eugenio descubre que Martín había empacado y dejado la casa.