Sin embargo, suspendió sus estudios y empezó a trabajar como dibujante publicitario.
Después actuó en la pieza de Vilhelm Krag Baldevins bröllop y en la farsa Halsbåndet.
Su gran oportunidad llegó en 1935 como Vingrisen en la pieza de Nordahl Grieg Vår ære og vår makt, a partir de cuyo momento pasó a ser actor fijo del teatro.
Una vez liberado, decidió sumarse a las fuerzas noruegas en el Reino Unido, donde trabajó en la oficina de repatriación.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, trabajó tres años en el Teatro de Trøndelag.