Hídrox

Permite que los buzos desciendan cientos de metros.

Aunque el primer uso informado del hidrógeno parece ser por Antoine Lavoisier (1743-1794), quien hizo que los cobayas lo respiraran, los primeros usos de este gas en el buceo usualmente se atribuyen a ensayos clínicos por el ingeniero sueco, Arne Zetterström en 1945.

[3]​ Zetterström demostró que el hidrógeno se podía utilizar perfectamente hasta grandes profundidades.

El estudio del hidrógeno no se continuó hasta algunos años más tarde, primero por la Armada de los Estados Unidos, y después por la Compagnie Maritime d'Expertises (COMEX), que desarrollaron procedimientos que permitieron buceos de entre 500 y 700 m de profundidad, mientras se respiraban mezclas de gas basadas en hidrógeno, llamado hídrox (hidrógeno-oxígeno) o hidreliox (hidrógeno-helio-oxígeno).

[1]​[4]​ Se puede usar el hídrox para combatir el síndome nervioso de alta presión (SNAP), que ocurre a menudo durante buceos muy profundos.