Desde muy joven estuvo interesado en las ciencias naturales.
Se convirtió en pediatra y bacteriólogo profesional, pero continuó con su vocación de estudios de campo de la naturaleza, primero en entomología y luego en liquenología.
Publicó más de 90 artículos científicos sobre los líquenes de Uruguay, Argentina y el sur de Brasil.
Fue subdirector del Museo Nacional de Historia Natural de Montevideo entre 1971 y 1985, y director entre 1985 y 1997.
Luego de su jubilación se convirtió en director emérito e investigador asociado (de 1997 a 2016).