Un competidor bajará su precio y otros lo harán en mayor cuantía.
Si los precios más bajos recortan los márgenes, pueden amenazar la supervivencia de la empresa.
Habitualmente, las más pequeñas serán incapaces de competir y deberán cerrar.
Los principales perdedores, entonces son las firmas marginales y quienes invirtieron en ellas.
Con menos empresas en el mercado, los precios tienden a incrementarse, a veces hasta niveles superiores que antes de la guerra.