El guanciale es una chacina italiana sin ahumar preparada con careta o carrillos de cerdo.
El carrillo de cerdo se frota con sal, pimienta negra o pimentón y se cura durante tres semanas.
Su sabor es más fuerte que el de otros productos porcinos, como la pancetta (que a veces se emplea en lugar del guanciale cuando éste no está disponible), y su textura es más delicada.
Otro plato típico que emplea el guanciale con la pasta es la gricia, que prácticamente es una amatriciana sin tomate; muchos opinan que está en el origen de esta salsa, siendo una versión pobre de la misma, cocinada por los pastores romanos con el tocino (guanciale) que de otra forma no hubiera podido venderse.
En su sencillez es un plato llenísimo de auténtico sabor italiano.