Grisélidis Réal

Pasó su infancia en Egipto, donde su padre dirigía la Escuela Suiza de Alejandría, y también en Atenas, donde este falleció cuando ella tenía nueve años.

El matrimonio no duró, pues existían constantes tensiones con su marido, y fue víctima de maltrato.

Decidió abandonarlo, e inició una relación de la que nació su segundo hijo.

Grisélidis Réal llevó su "Revolución" a Ginebra en 1977 y retomó la prostitución, actividad abandonada durante los siete años precedentes.

[2]​ Participó defendiendo su trabajo como meretriz en conferencias internacionales, en universidades, dando numerosas entrevistas y animando reuniones públicas.

Pero ella reconocía igualmente el costado sórdido de su trabajo del cual acostumbraba hablar en términos crudos.

El relato El negro es un color (1974) llama la atención por la mezcla singular de tonos, violencia lírica, escatológica, hiperrealista y onírica.

[7]​ En la lápida puede leerse la inscripción “Écrivaine, peintre, prostituée” (escritora, pintora, prostituta),[4]​[8]​[6]​ según sus deseos, diciendo públicamente: