San Gregorio escribió el libro De Trinitate contra el arrianismo y se lo dedicó a Gala Placidia Augusta.
[2] Por su defensa de la Fe, fue canonizado en el 560 por el arzobispo hispalense.
[1] Fue enterrado en la ermita de San Gregorio de Alcalá del Río, donde tuvo una gran devoción y se le atribuyeron milagros por su intercesión.
Con la invasión musulmana del siglo VIII esta devoción al santo se fue olvidando.
Su tumba fue redescubierta en este lugar tras la Reconquista de la localidad, en 1245.