Su padres, campesinos, eran alicantinos que se habían trasladado a Jerez.
Para completar su formación artística se trasladó a Madrid, donde fue discípulo de Alejandro Ferrant.
Entre 1901 y 1906 realizó un amplio periplo por diversos lugares de Europa.
Tres años más tarde emigra a Argentina, donde se nacionaliza en 1927.
En ese país trabaja como restaurador del Museo Nacional de Bellas Artes, sin abandonar la enseñanza de la pintura a jóvenes artistas, como el creativo Pedro Otero (1913-1981).