[2] Gregorio Jiménez, conocido como Goyo por sus personas cercanas, trabajó como fotógrafo durante más de 20 años, pasando a escribir sus propios artículos sólo cinco años antes de su muerte.
Como otros periodistas, Gregorio no cobraba nada por sus colaboraciones en las diferentes agencias o medios para los que escribía y debía dedicarse también a una labor adicional como fotógrafo de fiestas, bodas, graduaciones, etc. para poder sobrevivir.
Los periodistas de Veracruz se manifestaron a su favor exigiendo su liberación.
[6] Seis días después apareció su cuerpo en una zanja, junto a dos desconocidos, uno de los cuales fue identificado después como su amigo Ernesto Ruiz Guillén, un conocido dirigente social sobre cuyo secuestro había escrito Goyo.
Como curiosamente suele ocurrir en México en los asesinatos de periodistas implicados en la lucha contra la violencia, el caso se cerró con la detención de un implicado que decía haber sido contratado por la vecina de Goyo Jiménez (Teresa Hernández Cruz) por un tema personal y fue cerrado, a pesar de que su propia viuda indicó que Goyo no había sido eliminado por algo personal, sino por algo más importante.