Dichos avistamientos preocuparon algo al gobierno, que observó que los avistamientos se producían a menudo cerca de delicadas instalaciones militares y de investigación, como Los Álamos y el Laboratorio Nacional Sandía (entonces una base militar ultra secreta).
Probablemente sigan siendo uno de los mejor estudiados y más perplejos objetos voladores no identificados.
Los pilotos militares estaban cerca de Las Vegas, Nuevo México, y describieron las luces como intensas, y de haber sido bengalas, eran las más extrañas que habían visto.
Parecieron dirigirse hacia él en ruta de colisión, forzando al piloto a esquivarlas.
La noche siguiente, una luz verde similar fue nuevamente avistada durante unos segundos sobre la base de Sandía.
Dijeron que estaba a unos 2.000 pies sobre su avión, y que se asemejaba a las bengalas verdes utilizadas comúnmente por la Fuerza Aérea, aunque "mucho más intensas" y al parecer "considerablemente más brillante."
La luz duraba sólo unos segundos, moviéndose "casi de forma plana y paralela a la tierra."
Aunque estaban a tan poca distancia, no se oyó ningún ruido, al igual que con las otras bolas de fuego verde.
Algunas potencias extranjeras [tal vez] estén realizando "lanzamientos de sondas" con algún dispositivo superestratosférico diseñado para autodestruirse...
El Dr. Edward Teller pensaba que no podían ser objetos materiales porque no producían ningún ruido y sugirió que podían ser algún fenómeno atmosférico eléctrico desconocido.
En cualquier caso, pensaba que no podían ser ningún tipo de sondas extranjeras.
La Paz encontró este dato muy significativo, ya que el cobre se quema con el mismo color verde amarillento característico de las bolas de fuego verde.
Las observaciones instrumentales - fotográficas, triangulaciones y espectroscópicas - se estimaron esenciales para resolver el misterio.
Twinkle consiguió registrar unos poco sucesos, pero los datos recolectados se consideraron como incompletos en el informe final del proyecto.
Al mes siguiente, otra carta del Directorado de Inteligencia de la División de Investigación del Directorado de Investigación y Desarrollo, nuevamente afirmaba que el informe no debía hacerse público porque no se había ofrecido ninguna solución real: "Se cree que la publicación de la información al público en su condición actual podría causar excesiva especulación y dar pie a temores injustificados entre la población como ya ocurrió en anteriores publicaciones sobre objetos voladores no identificados.
Ninguno de ellos creía que tuvieran una explicación convencional, como un nuevo fenómeno natural, un proyecto secreto del gobierno, o meteoritos agrandados psicológicamente.
En cambio los científicos especulaban con que eran sondas extraterrestres "proyectadas en nuestra atmósfera desde una "nave espacial" suspendida a cientos de kilómetros sobre la Tierra."
Inmediatamente después, Ruppelt dijo que visitó a La Paz en Alburquerque.
Ruppelt también mencionó que anteriormente se había reunido previamente con Kaplan en Los Ángeles, y aunque Kaplan respetaba a La Paz profesionalmente, no estaba convencido de que las bolas de fuego estuvieran fabricadas por el hombre.
La Paz era muy interesante y que cada punto había sido considerado cuidadosamente.
La Paz repetía nuevamente por qué las bolas de fuego no podían ser meteoritos ordinarios.
La Paz fue llamado para investigar, pero le dijo a un reportero que no esperaba encontrar nada.
Irónicamente, Menzel posteriormente se convirtió en un notorio desacreditador OVNI, y en dos de sus libros afirmaba desonestamente que nunca se sintió desconcertado por sus avistamientos, identificando instantáneamente el objeto como un meteorito ordinario.
La teoría de Hartmann es por lo tanto una débil especulación sin ninguna evidencia real que la sostenga, aunque algunas veces ha sido citada como un hecho científico.
En agosto de 1954, apareció una historia en la prensa sobre que La Paz y Tombaugh habían encontrado dos satélites a sólo 600 y 900 kilómetros que habían entrado en órbita recientemente.
En 1964, La Paz también se vio implicado en la investigación del famoso incidente OVNI de Socorro, en el cual un policía de la localidad llamado Lonnie Zamora vio aterrizar un pequeño objeto con forma de huevo, vio a dos figuras humanoides cerca del objeto, y cuando se acercó a unos 30 metros, el objeto salió disparado y desapareció rápidamente.
La Paz entrevistó a Zamora y le consideró un testigo fiable.
Los últimos comentarios conocidos de La Paz sobre las bolas de fuego verde ocurrieron durante 1965 durante una visita al astrónomo Dr. J. Allen Heynek, un consejero del Proyecto Libro Azul.
Seguía convencido de que sus características anómalas nunca habían sido adecuadamente explicadas por la investigación oficial.
Las bolas de fuego verde continúan siendo avistadas ahora, pero sus orígenes siguen siendo un misterio.