[1] El pintor realizó este cuadro para una exposición que tenía por objeto recaudar fondos de apoyo a la causa griega, después de leer los escritos de Byron sobre el tema.
[2] En él, una mujer simbolizando a Grecia, que luchaba contra los turcos por obtener su independencia, está vestida con el traje tradicional griego y detrás un jenízaro otomano, símbolo de la opresión.
La mujer señala a las piedras ensangrentadas que ocultan los cuerpos muertos, alegoría de la Grecia vencida por el Imperio Otomano.
La obra trataba de posicionar a una Francia conservadora en esos momentos para ayudar al pueblo griego.
Dos años después una alianza franco-británica y rusa combatió y derrotó militarmente a los turcos en la guerra.