Gouraya

[2]​ A pesar de este respaldo imperial, Gunugu no experimentó un crecimiento significativo bajo el dominio romano.

Se explotaron canteras en el extremo del promontorio que alberga la necrópolis descrita más adelante en este texto.

[6]​ Este cambio demográfico dio un impulso temporal a la economía y la cultura de la ciudad.

[7]​ Además, Gunugu se hizo conocido por sus corsarios que operaban a lo largo de la costa norteafricana.

Entre las ruinas se aprecian influencias tanto romanas como bereberes, con restos de cerámica, mampostería e infraestructuras.

Gunugu cuenta con varias necrópolis antiguas que arrojan luz sobre las diversas prácticas funerarias predominantes en la región.

[9]​[10]​ Las necrópolis revelan una mezcla de costumbres funerarias fenicias e indígenas, con tumbas excavadas en roca toba.

Se distinguían tres ritos funerarios: el más raro consistía simplemente en depositar al difunto en el suelo, mientras que otro implicaba reunir huesos al azar, ya fuera en el suelo, en bancos, en artesas o en vasijas de barro.

Se observó que estos restos humanos mezclados probablemente fueron desflecados antes de ser enterrados.

Sin embargo, los sucesivos hundimientos del terreno y los movimientos sísmicos han destruido en gran parte esta estructura.

Cerca de la frontera entre Larhat (antiguamente Vileborug) y Gouraya, el canal pasaba por un túnel bajo una colina, donde permanece relativamente bien conservado.

Además, Laurent[13]​ menciona un pequeño puerto en el lado noreste de la isla, lo que sugiere una infraestructura marítima limitada.

Comprender el patrimonio marítimo de Gunugu es crucial dada su importancia histórica como centro comercial en un lugar estratégico.