En marzo de 1609 partió hacia el extremo oriente, vía Portugal.
Completada esta etapa de formación, en 1613 pasó a China con otros compañeros jesuitas.
De Pekín se trasladó a Kaifeng, donde entró en contacto con los últimos miembros de la comunidad judía gracias a sus cocimientos del hebreo.
Durante la persecución contra los cristianos desencadenada en 1616-1617, encontró refugio en la casa de un conocido erudito cristiano, Michael Yang Tingyun (1557-1627) en Hangzhou, con quien perfeccionó sus conocimientos de la literatura china.
En 1639 fue expulsado a Macao y en 1641 nombrado vice-provincial de las misiones jesuíticas en China.