Gian Alfonso Pacinotti

Sin embargo, Gipi ha dicho que no se sentía comprometido con el oficio del caricaturista y por eso lo abandonó.

Señalaba que algo andaba mal con la sociedad italiana si tanta gente joven estaba muerta o en la cárcel».

Poco tiempo después, Gipi se encontraba trabajando en la que sería su primera obra íntegra, Exterior de noche.

Aunque al principio no sabía lo que hacía, Gipi dibujó las primeras catorce páginas de manera improvisada.

Tras esas primeras catorce páginas se detuvo por un mes y luego escribió un «guion serio».

En esta ocasión Gipi no experimentó con técnicas ni materiales, aunque reconoció haber dibujado las últimas páginas muy rápidamente debido a escasez de tiempo, lo que les dio un aspecto más dinámico y naïve.

[11]​ El dolor experimentado por su muerte le haría, más tarde, iniciar un nuevo álbum cuyo tema principal sería su padre.

La muerte de su padre, aunque dolorosa, no le impidió continuar con su trabajo y en febrero inició una nueva historia, cuyo título provisional (que más tarde se volvería definitivo) sería El local.

Sin una idea muy clara de a dónde quería llegar Gipi empezó dibujando y construyendo la historia sobre la marcha, como acostumbra.

Tras la edición de colores, corrección y encuadernación, el Local fue publicado en Italia por Coconino Press en 2005.

[12]​ Esta obra recibió algunos premios y muy buenas críticas, sin embargo Gipi la considera su «pieza más débil, probablemente porque [...] estaba en [su] momento más débil»[3]​ En palabras de Gipi, El local trata acerca de una pérdida.

Cuando Gipi escribió la historia acababa de perder a su padre, cosa que lo marcó profundamente.

Gipi tiene una tira satírica semanal en el periódico Internazionale, y realiza retratos e ilustraciones para el diario La Repubblica Aunque en repetidas ocasiones Gipi ha dicho desconocer casi en su totalidad el medio del cómic, posee ciertos conocimientos, que probablemente adquirió gracias a Igort, su amigo y editor, quien le mostró historietas de otros autores, así como libros de teoría del cómic y producción de historietas.

Sus historias las relata un narrador-testigo (cuyo nombre casi siempre es Giuliano) que representa al mismo Gipi durante su adolescencia y juventud.

Gipi no tiene reparo en informar a los lectores de su blog cuales son las herramientas que maneja.

En palabras de Gipi este papel «es muy resistente y permite aplicar varias veladuras con la acuarela sin deslavar o traerse el color que hay debajo.»[36]​ Durante la producción de El local Gipi usó un bolígrafo fino Pilot 0,4.

Respecto a las reglas Gipi ha dicho: «Establecer límites es definitivamente una parte importante de mi trabajo [...] Estos límites o reglas que me impongo a mí mismo mientras trabajo en una historia, pueden manifestarse de diferentes maneras.

En Apuntes para una historia de guerra Gipi se puso varias reglas que escribió en su blog: «No hacer páginas dobles (splash-pages).

Bastante difícil de por sí era tener que trabajar, no podía además cargar limitaciones éticas sobre mis hombros.»[3]​ En El local, Gipi uso colores, porque «quería hacer una historia en color, todas mis historias anteriores habían sido bi-cromáticas» y además, la editorial Coconino seguramente se arriesgaría pagando por una historia en color, pues Gipi ya era un autor conocido y su libro seguramente se vendería.

Como el libro era un tributo a su padre, Gipi no quería ser bueno contando la historia, sino sincero.