En 2004, Pelé nombró a Müller en la lista FIFA 100 de los mejores jugadores vivos del mundo.
Este récord permaneció durante cuarenta años, superado por el argentino Lionel Messi con 91 goles en 2012.
Empezó su carrera en un club juvenil de su ciudad natal, el Turn- und Sportverein Nördlingen, no sin dificultades.
Pronto disipó todas duda debido a su impresionante fuerza y carácter ofensivo.
En 1964, tras haber anotado 51 goles en apenas un año en regional, Müller fue contratado por el Fußball-Club Bayern.
Destacado anotador con unos números que no se veían desde hacía décadas, como los logrados por Josef Bican o Ferenc Puskás por citar algunos, se convirtió en uno de los delanteros más prolíficos de Europa y del considerado «fútbol moderno».
En total marcó 621 goles oficiales a nivel de clubes —398 correspondientes a los distintos campeonatos alemanes—, el segundo máximo goleador de la historia del fútbol alemán tras Erwin Helmchen.
En ella jugó tres temporadas en las que marcó un total de 40 goles en 80 partidos y en donde llegó a disputar la final de la temporada 1981, en la que su equipo cayó derrotado, y decidió poner fin a su carrera.
Sus compañeros sabían que si centraban el balón al área Müller estaría allí.
Pero tenía una aceleración letal en distancias cortas, un juego aéreo notable y un extraño instinto goleador.
«Desgraciadamente Gerd Müller se encuentra gravemente enfermo desde hace mucho tiempo», informó el club a través de un comunicado.