Gaueko

Pero la noche siguió siendo peligrosa, y Mari bendijo con su protección cualquier morada que tuviese una eguzkilore ("flor sol") en la entrada.

Si algún espíritu maligno pretendía entrar en la casa y encontraba una de estas flores, tenía que pararse para contar los numerosísimos pelos (brácteas) de la inflorescencia y el día le sorprendía sin haber terminado su tarea.

Su reinado comienza desde la medianoche hasta el amanecer, mientras que el resto del día le pertenece al ser humano.

La eguzkilore (Carlina acaulis -flor parecida al cardo muy abundante en la región) servía como amuleto protector contra ellos.

En otra leyenda, un carbonero de Eskoriatza se tropezó por la noche con un toro que bloqueaba el sendero, tras intentar pasar tres veces y pedirle a la bestia que le dejase pasar el toro se puso en pie, revelándose como Gaueko, y persiguió al hombre al grito de "La noche para los de la noche y el día para los del día", aunque el carbonero consiguió escapar.

Eguzkilore en la puerta de un caserío en el País Vasco.