En 1291, hallándose los cristianos a vista de los moros en la Batalla de Algeciras y Tarifa, dijo García Pérez en voz alta sin acuerdo: «¿Que hacéis, señores, mirando a los moros?
El rey Sancho IV de Castilla, porque sin acuerdo hizo aquella acción, le habló con severidad, advirtiéndole para semejantes casos su obligación; mas viéndole el rey con la lanza quebrada y llena de sangre, y que le respondió para satisfacerle con dulces palabras, le dijo el rey: «Basta que hebeis fecho tan honradamente que mereceis á mucha honra ser caballero»”.
Respondióle García Pérez: «Yo soy fidalgo del noble linage de Sarmiento, como a Vuestra Señoría es notorio.
Díjole el rey: «Yo os quiero armar caballero notorio é daros nuevo renombre del linage notorio, que es la mas notable manera de nobleza»”.
Yelmo con cuatro lanzas rotas y tres estacas sostenidas por un brazo armado.